
El ácido alfa R lipoico es la forma de ácido lipoico producida naturalmente por el organismo. Es un potente antioxidante natural, presente en todas las células del organismo, y participa activamente en la producción de la energía que el cuerpo necesita para funcionar de forma óptima pero que produce en cantidades muy pequeñas. Así pues, este complemento dinamiza y refuerza el organismo ayudándole, entre otras cosas, a combatir el estrés oxidativo, a desintoxicar el organismo, a combatir la diabetes y sus complicaciones, a inhibir el envejecimiento cerebral y a optimizar la resistencia del organismo a los ataques virales.
Propiedades
El ácido alfa R lipoico es un ácido azufrado que entra y sale fácilmente de las células y cuya acción antioxidante se manifiesta tanto en medios hidrosolubles como liposolubles. Su principal propiedad es captar o eliminar los radicales libres directamente de otros antioxidantes. También es capaz de reciclar el glutatión, el principal antioxidante del organismo, lo que le confiere un medio adicional para reducir los efectos negativos de los radicales libres en todos los tejidos corporales. El ácido alfa R lipoico tiene otras propiedades. Ayuda al hígado, cuya función es descomponer las moléculas químicas y transformar los productos de desecho producidos por otros órganos. Por tanto, el hígado contiene muchos radicales libres, pero también, afortunadamente, buenas reservas de glutatión. Mientras se respete el equilibrio entre estos dos parámetros, el hígado se mantendrá sano.
El ácido alfa R lipoico es hidrosoluble y liposoluble, por lo que es eficaz en todos los tejidos corporales y puede neutralizar muchos tipos de radicales libres. También elimina metales tóxicos como el arsénico, el cadmio, el mercurio y el plomo, así como el exceso de hierro o cobre. Como derivado del azufre, quela los metales pesados que se unen preferentemente a las grasas, lo que lo convierte en un excelente desintoxicante. El ácido alfa R lipoico también es útil en casos de neuropatía, una complicación de la diabetes. Reduce el daño causado a las proteínas por el exceso de azúcar. Invierte los efectos negativos de la diabetes en los ojos, los nervios y el corazón. También mejora los receptores de insulina. El ácido alfa R lipoico también es capaz de aumentar la producción de energía facilitando el transporte de glucosa a los músculos. Esto se debe a que la vitamina C y la glucosa utilizan el mismo transportador para entrar en los tejidos y compiten entre sí. Si hay demasiada glucosa, no habrá suficiente vitamina C en las células.
El ácido alfa R lipoico utiliza otros transportadores, por lo que permite que la vitamina C se regenere y evita una deficiencia intracelular. El ácido alfa R lipoico también es muy beneficioso para el ojo: glaucoma, cataratas y DMAE... En el caso de las cataratas, la córnea tiene demasiado poco glutatión. La ingesta de ácido A lipoico aumenta este contenido y el de vitaminas C y E, que bloquea la formación de cataratas.
A nivel neurológico, el ácido alfa R lipoico previene el envejecimiento cerebral. Debe utilizarse la forma natural R, que es más activa en las mitocondrias, en lugar de la forma artificial S. El envejecimiento depende más del estado de las mitocondrias que de la propia edad. Estas pequeñas fábricas dentro de nuestras células producen la energía esencial para reparar el ADN y luchar contra la oxidación... Regulan nuestro metabolismo y, si fallan, la conversión de los alimentos en energía es menos eficaz, lo que aumenta el riesgo de fatiga crónica, sarcopenia, fibromialgia, Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Cada organismo tiene diez mil millones de ellas, que producen cada día 40 kg de ATP (moléculas clave de la energía celular producidas por las mitocondrias). Pero con la edad, la oxidación aumenta y daña las mitocondrias, al igual que la mala oxigenación, el hipotiroidismo, el mal metabolismo de las grasas, el exceso de insulina, la falta de cortisol, el estrés, así como toda la contaminación alimentaria, ambiental y electromagnética. Estos aceleradores del envejecimiento reducen la eficacia de las mitocondrias, que se vuelven cada vez más frágiles frente a los radicales libres. Aquí es donde el ácido alfa lipoico R es útil, ya que permite una mejor y más prolongada utilización de la vitamina C, que regenera las mitocondrias. Por último, en 1997, unos estudios demostraron que el ácido alfa R lipoico inhibía la producción excesiva de citoquinas, la llamada "tormenta de citoquinas", que provoca una respuesta inflamatoria del sistema inmunitario. Esta capacidad es de especial interés hoy en día frente a ciertas formas de gripe.
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